miércoles, 18 de abril de 2007

Viaje a Egipto 4ª parte: Templo de Edfú y Templo de Kom Ombo

La segunda jornada de visitas se presentó un poco más relajada que la anterior dado que no tuvimos que madrugar tanto aunque a las 6 y media ya nos pegaron el toque.

En este tercer día había que visitar solamente dos templos pero en diferentes localidades.

El primero de ellos fue el Templo de Horus en Edfú.

El templo de Edfú, dedicado al dios halcón Horus, fue comenzado el año 237 a. C. por Ptolomeo III Evérgetes I. En el año 212 a.C. se habían concluido las obras de la parte interior por Ptolomeo IV Filopátor, y se decoró en el 142 a.C. por Ptolomeo VIII Evérgetes II quien también terminó la primera sala hipóstila. Las obras en su totalidad no concluyeron hasta el 57 a.C con la colocación de las puertas.

Es el templo mejor conservado de Egipto y el más importante después del de Karnak. Mide 137 metros de longitud por 79 de ancho y 36 de altura, y representa la típica construcción de los templos con el pilono, el patio, 2 salas hipóstilas, una cámara de ofrendas, la sala central y el santuario. Es característica la iluminación del templo, con habitaciones cada vez más pequeñas que impedían el paso de la luz gradualmente hasta llegar al oscuro santuario, que recibe la iluminación sólo desde el eje. Entre las columnas y en el techo existen pequeñas aberturas que permitían el paso de la luz a determinadas habitaciones. Está orientado al sur, de forma inusual, posiblemente debido a la propia naturaleza de la zona.

Al salir de este templo tuvimos la primera toma de contacto con el comerciante egipcio. Fue agobiante. Nos asaltaban agarrándonos de los brazos y ofreciéndonos regalos para que los acompañáramos a sus puestos y les compráramos cualquier cosa. Eran muy pesados y casi salías por patas de allí. Tuvimos más experiencias parecidas en el viaje pero ninguna tan exasperante como en Edfú.

El siguiente templo que debíamos visitar se encontraba en Kom Ombo por lo que regresamos a la motonave Aljamila y emprendimos viaje.

A media tarde llegamos al Templo de Kom Ombo, decidado a los dioses Horus y Sobek. Este último se representaba como un cocodrilo por lo que dentro pudimos ver algunos disecados.

El templo , como los demás fue empezado por los faraones de la dinastía XVIII y reconstruido por los ptolomeos.

Kom Ombo es el único templo doble del Antiguo Egipto. Todo en él es doble: dos pilones, dos entradas, dos patios, dos salas hipóstilas y dos santuarios. La razón es que en un lado se adoraba al dios Horus y en el otro se adoraba a Sobek.

Una de las cosas más interesante fue admirar en la parte trasera del santuario una escena dedicada a Imhotep, el dios de la medicina en la cual se puede apreciar todo el instrumental quirúrgico que se utilizaban en aquellos tiempos y que no difiere mucho del usado hoy en día.



Antes de regresar a nuestro barco pudimos sacar esta instantánea para que podáis comprobar la cantidad de barcos que había atracados en la orilla. Nuestro guía nos aseguró que en esta parte del Nilo, después de la presa de Aswan, podían estar circulando a la vez 360 barcos desde Luxor a Aswan.

Dimos un paseo por el mercadillo, muchísimo más tranquilo que el de Edfú, y nos fuimos a la motonave dado que había que cenar y disfrazarse: esa noche había fiesta de chilabas. Durante la cena y la fiesta el barco siguió navegando hasta su siguiente destino: Aswan.

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