sábado, 30 de diciembre de 2006

ETA nos ha abierto los ojos

ETA NO

No iba a escribir nada en estos días dadas las fechas y otros problemas familiares, pero la actualidad me ha obligado a escribir unas breves líneas sobre lo acontecido hoy en Madrid.

En primer lugar quiero condenar este acto horrible y cobarde por parte de los terroristas de siempre: ETA.

No puedo entender qué se les puede pasar por la cabeza a esta gente cada vez que atentan. Por muchas ganas que puedan tener de independizarse y por mucho que odien a los españoles no tiene sentido seguir con lo que ellos llaman "guerra" contra el estado español.

Una guerra es la lucha armada entre dos bandos con unos métodos parecidos, pero en este caso la guerra es unilateral, por parte de ETA. Ellos entienden que están en guerra pero sus actos los desacreditan dado que se convierten en actos terroristas ya que atentan indiscriminadamente contra civiles, por la espalda y sin previa provocación.

Tampoco puedo entender que después de darles la oportunidad de dejar las armas de manera dialogada, aceptando posibles concesiones, decidan tirarlo todo por la borda para seguir con sus anteriores métodos.

La decisión del gobierno de Zapatero de negociar con ellos es cuanto menos poco popular pero al mismo tiempo es quizás la única manera de acabar con el terrorismo de ETA, pero está visto que después de las intentonas de Felipe González, de Aznar y la actual, es imposible llegar a un acuerdo con ellos, e incluso de hablar con ellos.

Que nadie se extrañe que en la comparecencia de hoy Zapatero se haya visto obligado a romper el proceso de paz (o eso parece que ha dicho, ya que con los políticos y su retórica nunca se sabe). Tampoco que nadie diga que ya le habían avisado que esto podía ocurrir. Todos lo sabíamos pero el gobierno, como representante de todos los españoles, estaba obligado a intentarlo, pese a quien le pese.

En definitiva, está visto que vuelven los malos tiempos, con atentados, ciudadanos vascos escoltados, kale borroka in crescendo y la sensación en todos nosotros de que esto no tiene fin.

Espero equivocarme pero las esperanzas cada vez son menores.

No hay comentarios: