martes, 12 de junio de 2007

No abandones a tus animales de compañía

Ahora que llega el verano vuelve uno de los problemas más comunes en periodos vacacionales: el abandono de los animales de compañía. En este caso os dejo un texto sobre el abandono de perros que espero remueva conciencias.

DIARIO DE UN PERRO.

1ª Semana: Hoy cumplí una semana de edad. Que alegría haber llegado a este mundo!

1er Mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

2 Meses: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós, esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.

4 Meses: He crecido rápido, todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como hermanitos. Somos muy inquietos, ellos me cojen la cola y yo les muerdo jugando.

5 Meses: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó por que me hice "pipí" dentro de casa, pero nunca me habian dicho dónde debo hacerlo. Además, duermo en el trastero. Ya no me aguantaba!!!!

8 Meses: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me invitan. El patio es para mi solito y me lo paso pipa escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden la comida. Nunca me educan. Ha de estar todo bien lo que hago.

12 Meses: Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí mas de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.

13 Meses: Que mal me sentí hoy. Mi "hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca cojo sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandibulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover, bajo el sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

15 Meses: Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo.... Mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed... Cuando llueve no tengo techo que me cobije.

16 Meses: Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó. Yo me puse tan contento que daba saltos de alegría. Mi rabo parecía un reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me baje feliz creyendo que haríamos nuestro día de campo. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. "Oigan,esperen!"- ladré... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta de que casi me desvanecía y ellos no se detendrían: me habían olvidado.

17 Meses: He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero solo dicen "pobre perrito", se ha de haber perdido.

18 Meses: El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis hermanitos. Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras a ver quien tenía mejor puntería. Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.

19 Meses: Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecian mas de mí. Ya estoy muy flaco, mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente mas bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

20 Meses: Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me arrolló. Según yo, estaba en un lugar seguro llamado "cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a la ladera del camino.

Llevo diez dias bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal, quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve, otras dicen "no te acerques".

Ya casi estoy inconsciente, pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. "Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... Junto a ella venía un señor de bata blanca, que empezó a tocarme y dijo: "Lo siento,señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir".

A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el pinchazo de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería.

Autor: Desconocido.

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