miércoles, 31 de enero de 2007

Risto Mejide y Operación Triunfo

Después de tantos meses por fin se ha terminado Operación Triunfo. Por supuesto no para siempre, que más quisiera, volveremos a sufrirla la próxima temporada con una nueva plaga de triunfitos que seguirán como los anteriores desafinando y llorando por cualquier esquina.

Tras varias ediciones que no dieron mucho de qué hablar (gracias al cielo) en ésta ha eclosionado cierto personaje que ha hecho que todos los canales se hicieran eco de ella, lo que conlleva una sobredosis de este programa aunque no lo hayas sintonizado ni un instante. Dicho personaje ya conocido por todos es Risto Mejide.

Qué triste que el único aliciente de este programa haya sido este elemento con duras y malsonantes palabras (que no equivocadas) y no los supuestos protagonistas: los aficionadillos de karaokes de fin de semana llamados por Jesús Vázquez, cantantes y artistas, ¡qué atrevimiento!

La gente quería chicha, quería un enemigo a quien odiar y unas víctimas a quienes compadecer, y Telecinco se lo ha dado.

Ha dado espectáculo con la palabra y nos ha recordado todas las semanas que el verdadero rey era él y si no a las audiencias me remito. Un programa musical líder del prime time por las opiniones de un jurado especializado en publicidad (¿esto se estudia en el conservatorio?) y no por lo que supuestamente nos están vendiendo: música.

Soy músico aficionado. Me encanta actuar en público y que la gente me valore por la música que hago, tanto para bien como para mal. Llevo demasiados años como para tener el derecho a opinar de lo nefastos que han llegado a ser los niñatos que han tenido este año.

Cuando tenía 18 años me metí en una orquesta. Por supuesto seguí estudiando, pero durante los fines de semana y la totalidad del verano actuaba con ella.

Recuerdo que el primer día que llegué me pasaron 50 temas para que me los aprendiera tanto a la guitarra como a la voz. Tres semanas después tendría que sabérmelo todo para comenzar a ensayar. Si alguno de los triunfitos de este año le mandan esto yo creo que les da un síncope. A los hechos me remito: tenían la obligación de aprender un tema a la semana, con la ayuda de 10 profesores (no recuerdo el número exacto) que les decían hasta como tenían que mear y aún así todavía alguno se ponía a llorar porque no era capaz de cantarla. Yo abogo por un test de inteligencia antes de entrar en la Academia porque o son nulos mentalmente o nos han estado tomando el pelo todo el tiempo.

No quiero entrar en la afinación. ¿Cómo es posible que puedan desafinar tanto? ¿Cómo se atreven a quejarse de que un tipo como Risto les diga que son un atajo de inútiles que no son capaces de dar una nota correcta? Si se lo dice un tío dedicado a la publicidad, ¿qué podría llegar a decirles un profesor de Conservatorio?

Para más INRI, estos fenómenos son los tipos a los que vamos a escuchar en los próximos meses en la radio.

No quiero seguir criticando este programa porque me enervo pero entre unos y otros ¿qué música española nos dejan?

Primero fue el top manta, luego Internet, luego Operación Triunfo y revoloteando alrededor la SGAE. Entre todos han jodido el panorama musical español.

¿Dónde están esos nuevos valores al estilo Joaquín Sabina o Mecano? ¿Qué solistas o grupos de la actualidad pasarán a la historia de la música como grandes? ¿Quién, Bisbal, Rosa, Bustamante, triunfitos sin fuste? ¿El canto del loco? ¿Eso es lo que heredarán nuestros hijos?

Ahora todo es marketing. No hay oportunidades para nuevos músicos con nuevas ideas. Éstos se tienen que dedicar a vender sus temas a Bisbal y compañía reservándose sus peores canciones por si en algún momento la discográfica cumple sus promesas y le deja editar algo. ¿Por qué cada vez hay más discos autoproducidos? ¿Por qué antes las compañías grababan cualquier cosa y ahora se limitan a tener a 4 o 5 artistas de renombre? ¿Qué ha cambiado?

La explicación de la crisis actual basada en el top manta e Internet es válida pero no completa. Operación Triunfo ha terminado de finiquitar la música en España. Ahora, cada año salen nuevos cantantes de este programa, a los que rápidamente la discográfica de turno les graba un disco, aprovechando su promoción televisiva que es la mejor publicidad que pueda existir. Aún así muchos de ellos no triunfan, demostrando que no es suficiente hacer karaoke, sino que también hay que ser músico, conocer bien el medio y partir de la base, no desde arriba. El problema radica que el dinero gastado en estos aficionados no se gasta en grupos que llevan tiempo intentando dar el salto y que sí tienen ganas de comerse el mundo.

Todo esto se podría formular matemáticamente:
Disco Triunfito = No disco para nuevos valores.

Asimismo hay que tener en cuenta lo siguiente:
Disco Triunfito = +/- Fracaso.
Si hay poco fracaso dará para otro disco del mismo triunfito. Si hay más fracaso de lo esperado no habrá nuevo disco pero la discográfica tampoco le dará una oportunidad a otros grupos porque se ha quedado sin dinero; el capital que haya será para otro valor comercial seguro, que no valor musical seguro.

En definitiva, y despejando la fórmula queda lo siguiente:
Disco Triunfito = 0 oportunidades de descubrir a nuevos valores.

Poner las cadenas de radio musicales es penoso. ¿Cómo es posible que cada vez tengan más éxito radios que se dedican a poner música de antes, como M80 o Kiss FM? No me extraña, escuchar media hora de los 40 principales, Cadena Cien o cualquier otra de este estilo es infumable.

Yo soy un músico aficionado, no me dedico profesionalmente a la música. Pero si quisiera vivir de ella, las oportunidades serían mínimas, por no decir nulas. Si quiero sacar un disco me lo tengo que autoproducir, si quiero que me lo distribuya alguna compañía tengo que pagar, y si encima tengo éxito ya se encargará ésta de hacerse con él y dejarme con el culo al aire.

Se lo digo muchas veces a mi padre. Estoy en la música porque él me animó, y yo se lo agradeceré siempre, pero todo el dinero que gastó podría haberlo utilizado en comprarse cualquier cosa antes que en ella.

La música es maravillosa y a la vez cruel e injusta. Y si encima tenemos que tragarnos programas como estos que están dando unos valores a nuestros hijos de lo más saludables (niño, mínimo esfuerzo, máximo provecho) para qué seguir luchando. Lo mejor es guardar los instrumentos en un armario y echarles un vistazo de vez en cuando, como el que mira su colección de sellos.

Para terminar quería hacerlo con una especie de consejo: Si tenéis hijos y queréis que triunfen no les pongáis en la mano una guitarra, ponedles una raqueta, y si no les gusta el deporte que sean Risto Mejide.

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